55 research outputs found

    El contexto socio-económico argentino actual

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    El presidente Mauricio Macri asumió el Poder ejecutivo el 10 de diciembre 2015. Su partido «Cambiemos», es fruto de una coalición de centro-derecha (Partido Radical, el PRO y la Coalición Cívica). Es la primera vez desde el siglo XX que los sectores hegemónicos llegan al poder sin necesidad de un golpe militar, porque un partido de centro-derecha gana las elecciones presidenciales. Significa que algo cambió en la estructura socio-política del país. Entre los grupos sociales y económicos que lo apoyan están las centrales empresariales y, en especial, la Sociedad Rural, los grandes grupos económicos nacionales y sus Centrales, las empresas transnacionales, el sistema financiero nacional y transnacional y unos pocos sindicatos, con bajo poder y prestigio. Los unía el rechazo al modelo «kirchnerista» acusándolo de «populista», corrupto y cuestionando su estilo de gestión por considerarlo autoritario y concentrado. La composición socioeconómica de este nuevo gobierno es mucho más homogénea que la del anterior: la mayoría de los miembros del Poder Ejecutivo Nacional habían ocupado hasta ese año importantes puestos gerenciales (CEO) o tuvieron cargos ejecutivos en las principales empresas argentinas. El Poder Ejecutivo cuenta con el asesoramiento de economistas ortodoxos, miembros de empresas consultoras críticas del anterior régimen. De las declaraciones juradas que deben hacer los ministros y altos funcionarios surgió que, en su totalidad, son millonarios y que la mayor parte de su patrimonio se encuentra en el exterior. En materia de política exterior, el cambio fue radical. Los países de la Ocde vieron con simpatía un gobierno que trataba de diferenciarse del anterior y enfriaba las relaciones con los gobiernos de Venezuela, Brasil (primer mercado externo), Bolivia y Ecuador; no estrechaba lazos comerciales con Rusia (sancionada por la Unión Europea a causa de la guerra con Ucrania) y era reticente con China (que se había convertido en el segundo mercado externo).Fil: Neffa, Julio Cesar. Universidad Nacional de La Plata; Argentina. Universidad de Buenos Aires; Argentina. Universidad Nacional de Lomas de Zamora; Argentina. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas; Argentin

    Financiamento, distribuição e crescimento

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    Recent history and the institutional evolution of economies leads to criticisms of some aspects of Modern Monetary Theory about the origin of money, as well as the role of the public deficit, and taxes. This paper proposes a precise definition of the financialization process. based on the mobility of business management. It also discusses its impact on income distribution and its consequences for innovation and economic growth, and raises the need for taxes to redistribute income. A concept of private deficit is also proposed based on the creation of means of payment by the banking system, which leads to defend credit orientation policies. It concludes with several macroeconomic policy proposals.La história reciente y la evolución institucional de las economías llevan a criticar algunos aspectos de la Teoría Monetaria Moderna sobre el origen del dinero, el papel del déficit público y los impuestos. En este trabajo se propone una definición precisa del proceso de financiarización, basada en los móviles de la dirección empresarial; discute su impacto sobre la distribución del ingreso y sus consecuencias para la innovación y el crecimiento económico, y plantea la necesidad de los impuestos para redistribuir el ingreso. También se propone un concepto de déficit privado basado en la creación de medios de pago por parte del sistema bancario, que lleva a defender políticas de orientación del crédito. Concluye con varias propuestas de política macroeconómica.A história recente e a evolução institucional das economias levam a criticar alguns aspectos da Teoria Monetária Moderna sobre a origem da moeda, o papel do déficit público e dos impostos. Este artigo propõe uma definição precisa do processo de financeirização, com base no móvel da gestão de negócios; Ele discute seu impacto na distribuição de renda e suas conseqüências para a inovação e o crescimento econômico, e levanta a necessidade de impostos para redistribuir a renda. Um conceito de déficit privado também é proposto com base na criação de meios de pagamento pelo sistema bancário, o que leva a defender políticas de orientação ao crédito. Conclui com várias propostas de políticas macroeconômicas

    Finanzas : Análisis de la emisión de bonos d ela empresa administradora de Aeropuertos al periodo finalizado 2009-2013 de la empresa EAAI

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    Este trabajo de seminario tiene como objetivo analizar la emisión de Bonos en Empresa EAAI para el periodo terminado 2009-2013. El contenido de este informe, inicia con una breve Introducción e historia del origende los bonos. Se explica las generalidades de los bonos, para identificar las ventajas y desventajas que se obtienen al invertir en los títulos que la empresa emite a través de un puesto bolsa. En base a la función que ejerce la bolsa de valores así como sus características, ventajas, beneficios y riesgos. Se detalla información de las generalidades de la Empresa EAAI en la que se aborda su estructura organizativa, económica y financiera. Nuestro seminario de graduación comprende la indagación bibliográfica y analítica que nos sirve como base para el desarrollo de un caso práctico que demuestra la aplicación de los conocimientos teóricos donde damos a conocer la importancia que tiene para la empresa administradora de aeropuerto (E.A.A.I) realizar la emisión de bonos en un periodo determinado. Se concluye este trabajo de seminario dando a conocer las ventajas y desventajas que ha sido para la empresa contar con la emisión de bonos tomando en cuenta para captar recursos líquido y así financiarse en la programación y ejecución de nuevos proyectos propuestos para el crecimiento y desarrollo induce a tomar decisiones riesgosas que pueden presentar repercusiones a largo plazo

    El contexto socio-económico argentino actual

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    El presidente Mauricio Macri asumió el Poder ejecutivo el 10 de diciembre 2015. Su partido «Cambiemos», es fruto de una coalición de centro-derecha (Partido Radical, el PRO y la Coalición Cívica). Es la primera vez desde el siglo XX que los sectores hegemónicos llegan al poder sin necesidad de un golpe militar, porque un partido de centro-derecha gana las elecciones presidenciales. Significa que algo cambió en la estructura socio-política del país. Entre los grupos sociales y económicos que lo apoyan están las centrales empresariales y, en especial, la Sociedad Rural, los grandes grupos económicos nacionales y sus Centrales, las empresas transnacionales, el sistema financiero nacional y transnacional y unos pocos sindicatos, con bajo poder y prestigio. Los unía el rechazo al modelo «kirchnerista» acusándolo de «populista», corrupto y cuestionando su estilo de gestión por considerarlo autoritario y concentrado. La composición socioeconómica de este nuevo gobierno es mucho más homogénea que la del anterior: la mayoría de los miembros del Poder Ejecutivo Nacional habían ocupado hasta ese año importantes puestos gerenciales (CEO) o tuvieron cargos ejecutivos en las principales empresas argentinas. El Poder Ejecutivo cuenta con el asesoramiento de economistas ortodoxos, miembros de empresas consultoras críticas del anterior régimen. De las declaraciones juradas que deben hacer los ministros y altos funcionarios surgió que, en su totalidad, son millonarios y que la mayor parte de su patrimonio se encuentra en el exterior. En materia de política exterior, el cambio fue radical. Los países de la Ocde vieron con simpatía un gobierno que trataba de diferenciarse del anterior y enfriaba las relaciones con los gobiernos de Venezuela, Brasil (primer mercado externo), Bolivia y Ecuador; no estrechaba lazos comerciales con Rusia (sancionada por la Unión Europea a causa de la guerra con Ucrania) y era reticente con China (que se había convertido en el segundo mercado externo).Facultad de Ciencias Económica

    Informe de la Junta Directiva al Congreso de la República - Marzo de 2022

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    Introducción Entre 2020 y 2021 el escenario macroeconómico en Colombia cambió de manera sustancial. Mientras que algunas de las consecuencias de la pandemia del Covid-19 quedaron atrás, persisten problemas y desequilibrios que en la actualidad constituyen difíciles retos para la política económica. Lo primero que cabe destacar es el ritmo de recuperación de la actividad económica. Después de una contracción del PIB del 7,0 % en 2020, la economía colombiana se expandió 10,6 % en 2021, superando los pronósticos del equipo técnico y las expectativas de los analistas del mercado, y se ubicó entre las más dinámicas de la región. Este rebote de la actividad económica fue liderado por el fortalecimiento de la demanda interna, impulsada por el consumo total y, en menor medida, por la expansión de la formación bruta de capital. La demanda externa neta redujo este impulso, debido a un aumento más rápido de las importaciones que de las exportaciones. Gracias a este buen desempeño, al finalizar 2021 se alcanzó un nivel del PIB superior al de prepandemia. Esto se reflejó en una mejora del mercado laboral que, sin embargo, ha sido más lenta que la de la actividad productiva. Hasta diciembre se había recuperado cerca del 80 % de los empleos perdidos entre febrero y abril de 2020. Los indicadores disponibles para inicios de 2022 muestran que la economía mantendría el impulso que traía al cierre del año anterior. El indicador del crecimiento económico (ISE) para enero exhibió un crecimiento anual del 7,8 %, ritmo todavía sobresaliente, aunque algo menor al observado en diciembre. De forma similar, la encuesta mensual de industria y comercio mostró que la industria manufacturera presentó en enero una variación anual del 15,1 %, y las ventas reales del comercio minorista total alcanzaron un crecimiento anual del 20,9 %. El pronóstico del equipo técnico para 2022 apunta hacia un crecimiento del 4,3 %, el cual podría ser revisado al alza de acuerdo con la información más reciente. A la par con la recuperación económica surgieron desequilibrios que ameritan la atención de la Junta Directiva del Banco de la República (JDBR). Uno de ellos es la ampliación del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, que pasó del 3,4 % del PIB en 2020 al 5,7 % en 2021. Este mayor desbalance se originó, en gran medida, en la expansión de la demanda interna que no logró ser atendida en su totalidad por la oferta local. Adicionalmente, las mayores utilidades que las empresas con capital extranjero remiten al exterior ampliaron el déficit de la renta neta de los factores. En ausencia de medidas correctivas, se proyecta que el déficit de la cuenta corriente para 2022 se ubique alrededor del 4,9 % del PIB. No obstante, este pronóstico está sujeto a un elevado grado de incertidumbre, dados los acontecimientos recientes de la guerra en Ucrania, lo que ha tenido un impacto importante en los precios internacionales de los bienes básicos, incluyendo el petróleo. El financiamiento de este desbalance posiblemente sea un proceso más difícil de lo que fue en años recientes, dado el contexto del endurecimiento de las condiciones financieras internacionales. El reto más exigente que actualmente enfrenta la JDBR es el control de la inflación, que luego de reducirse al 1,61 % en 2020 como resultado del debilitamiento de la demanda, a partir de mayo de 2021 adquirió una tendencia creciente que la llevó al 5,62 % al cerrar el año. Esta tendencia continuó durante los dos primeros meses del presente año hasta alcanzar 8,01 % en febrero. A diferencia de episodios inflacionarios del pasado, que en su mayor parte obedecieron a fenómenos climáticos, en esta ocasión la principal causa del incremento de la inflación ha sido de origen externo, lo que la ha hecho especialmente impredecible. Esta presión externa tuvo origen en el fuerte repunte del crecimiento de la economía mundial, que sobrepasó la respuesta de numerosos sectores productivos afectados por la pandemia y desbordó las capacidades logísticas de transporte marítimo y almacenamiento, produciendo un alza significativa de los fletes de transporte internacional, lo que, junto con otros factores, afectó las cadenas de suministro mundial. Como resultado, se produjo un incremento generalizado de los precios de insumos agrícolas, industriales y de bienes básicos que ha sido más persistente de lo inicialmente previsto y terminó por transmitirse a los precios al consumidor. El aumento de los precios internacionales se refleja actualmente en una inflación históricamente alta en prácticamente todo el mundo, fenómeno del cual no ha escapado Colombia. El conflicto generado por la invasión rusa a Ucrania ha agravado aún más la crisis de abastecimiento mundial de los productos básicos en los cuales esos dos países tienen una participación importante, por lo cual se prevé un impacto adicional sobre los precios internacionales de alimentos y de insumos para la producción agropecuaria. Como se detalla en este Informe, en el caso colombiano la mayor inflación internacional y el consiguiente incremento de los costos de producción se ha reflejado en un aumento importante de la inflación de alimentos, cuya variación en doce meses superó el 23 % en febrero. También se presentaron factores internos relacionados con los problemas de orden público y el bloqueo de vías en mayo y junio de 2021, que generaron escasez de insumos y perjudicaron los procesos productivos a mediano plazo en algunas ramas de actividad. Otro factor de presión sobre los precios al consumidor ha provenido de la mayor inflación de los bienes y servicios regulados, como resultado de los incrementos de los precios de la energía en el ámbito internacional, que indujeron incrementos de las tarifas de transporte urbano, electricidad, gas y combustible para vehículos, a lo cual se agregó el desmonte gradual de los alivios a las tarifas de los servicios públicos, que el Gobierno concedió durante el período crítico de la pandemia. Estas presiones sobre los precios se dieron en el contexto de un fortalecimiento de la demanda interna, en especial desde mediados de año, al registrar una expansión anual del 13,3 % en 2021, lo cual compensó con creces la contracción del 7,5 % observada en 2020. El rápido dinamismo del consumo interno, originado principalmente por el mayor consumo de los hogares, seguido de cerca por el crecimiento del consumo público, fue el principal motor de recuperación de la demanda. La inversión complementó el impulso a la demanda al lograr un repunte importante, puntualmente en los rubros de vivienda, y maquinaria y equipo. El rezago en la respuesta de la oferta agregada afectada por las secuelas de la pandemia, el paro y los bloqueos de vías a mediados de 2021, en el contexto del rápido aumento en el gasto de la economía, contribuyeron al surgimiento de excesos de demanda, las cuales añadieron presiones considerables sobre los precios de varios componentes de la canasta familiar, y se reflejaron en la ampliación del déficit externo. La respuesta de política monetaria se ha enmarcado dentro del mandato constitucional de velar por mantener el poder adquisitivo de la moneda, en coordinación con la política económica general. Ante el enorme choque económico que significó la pandemia en 2020, la JDBR no dudó en utilizar todos los instrumentos a su alcance para estabilizar la economía y estimular su recuperación, como se describió ampliamente en los dos Informes al Congreso de 2021. En particular, redujo la tasa de interés de política hasta alcanzar 1,75 % en septiembre de 2020, su mínimo nivel histórico tanto nominal como real. Esto se complementó con un suministro abundante de liquidez para preservar el sistema de pagos y alentar el crédito. Adicionalmente, se adoptaron mecanismos de coberturas cambiarias y de acceso a liquidez en dólares para estabilizar el mercado cambiario. La recuperación de la actividad económica durante 2021, en un contexto de estabilidad del sistema financiero y de acceso al crédito (a pesar de la incertidumbre por la continuación de la pandemia), son la mejor prueba de que ese paquete de medidas adoptado oportunamente por la JDBR cumplió sus objetivos. La notable recuperación del producto interno bruto (PIB) en el curso de 2021, que se aproximó a su nivel potencial, una inflación superior a la meta, y la ampliación del déficit de la cuenta corriente a niveles que reflejan importantes excesos de demanda con respecto a la producción nacional, condujeron a iniciar una nueva fase de la postura de política monetaria. En este nuevo escenario se requería un estímulo monetario menor al otorgado durante el período crítico de la pandemia, so pena de poner en riesgo la estabilidad macroeconómica y el cumplimiento de los mandatos asignados al Banco de la República por parte de la Constitución Nacional. Con este razonamiento, la JDBR decidió, por unanimidad, iniciar un proceso de normalización de la política monetaria a partir de septiembre de 2021. Un factor importante fue moderar las expectativas de inflación, puesto que su posible desanclaje de la meta del 3 % profundizaría fenómenos de indexación de precios y salarios a tasas de inflación altas, haciendo mucho más costoso en términos de actividad económica retomar el control de la inflación. Como parte del proceso de normalización, la tasa de interés de política aumentó desde 1,75 % en septiembre del año pasado a 4,0 % en enero. Este incremento inducirá ajustes al alza de las tasas de interés de captación y de colocación del sistema financiero a través de un proceso de transmisión que podrá tardar algunos meses. La velocidad y magnitud de respuesta difiere según los instrumentos de captación y modalidades de crédito. Ello implica que el efecto de la política monetaria sobre la inflación y otras variables macroeconómicas, como el ahorro y el gasto, no se produzca de forma inmediata, lo cual explica que durante el proceso de normalización de la política monetaria se continúen presentando incrementos en la tasa de inflación. Así ocurrió durante los primeros dos meses del año, cuando esta llegó al 8,01 % anual en febrero, luego de haber cerrado el año anterior en el 5,62 %. Las cifras de inflación de febrero mostraron un hecho característico del efecto que las mayores expectativas de inflación pueden tener sobre la variación de precios. Es lo que ocurrió con la inflación básica, definida como aquella que afecta al conjunto de bienes y servicios de la canasta familiar, excluidos los precios de los alimentos y los de los bienes y servicios regulados. Esta medida de inflación, que en diciembre se situaba en 2,49 % (adecuadamente por debajo de la meta), registró en febrero un nivel del 4,11 %, equivalente a un aumento de 162 puntos básicos (pb) en un lapso de solo dos meses. Que esto haya sucedido con una medida de inflación que no contiene alimentos ni regulados, que son los dos rubros que más han presionado la inflación al alza, muestra la manera como la presión inflacionaria comienza a traspasarse a otros componentes de la canasta. Esto ocurre mediante un proceso de indexación de precios inducido por el aumento de las expectativas de inflación, en un contexto donde la inflación pasada y el incremento del salario mínimo fueron elevados, así como por la dinámica de la demanda interna, la cual continúa fuerte, como lo muestran los indicadores de ventas del comercio minorista mencionados atrás. Las demás medidas de inflación básica también aumentaron durante los dos primeros meses del año, de tal forma que el promedio de estos indicadores pasó del 3,45 % en diciembre al 5,22 % en febrero. La JDBR es consciente de que los incrementos de la tasa de política no contendrán las presiones inflacionarias de origen externo. Es claro que las presiones externas sobre los precios que se han venido produciendo en los últimos meses solo se corregirán a medida que se normalicen las cadenas de suministro. Sin embargo, un paso fundamental para lograr la convergencia de la inflación colombiana a la meta es el esfuerzo de la política monetaria por detener el incremento de las expectativas de inflación y los llamados “efectos de segunda vuelta” sobre la inflación de todos aquellos productos cuyos precios se determinan internamente en Colombia, y que se ven afectados indirectamente por las presiones externas en un contexto de fuerte dinamismo de la demanda agregada. Como se mencionó, al panorama complejo que dejó la pandemia del Covid-19 se suma el conflicto entre Rusia y Ucrania, el cual, aparte de ser una tragedia humanitaria, genera graves consecuencias sobre la economía mundial. La incertidumbre y volatilidad de los mercados internacionales, al igual que el choque a la confianza de inversionistas y consumidores, retrasarán la recuperación económica global. Desde el punto de vista de Colombia, causan especial preocupación las presiones que se podrían producir sobre los precios de los alimentos, debido a que el país importa una cantidad significativa de cereales, cuyos precios se verán afectados por la reducción de la oferta que tradicionalmente ha sido satisfecha en una proporción significativa por la región en conflicto, y los cuales se emplean para la alimentación de cerdos y pollos. Igualmente, las importaciones de fertilizantes, especialmente urea, que se hacen desde esos países son insumos indispensables para la producción agrícola. Con ello, el alza en sus precios se convertirá en una presión inflacionaria más en el país. Por otra parte, el bloqueo a Rusia disminuye la oferta de petróleo y aumenta su precio, que ya se encuentra en niveles históricos altos. Si bien esto podría constituir en el corto plazo un efecto favorable para el balance externo y para las finanzas públicas nacionales y territoriales del país, los mayores costos de la energía aumentarán la presión alcista sobre muchas materias primas importadas y sobre los precios locales de los combustibles. Esto último tiene un impacto negativo sobre el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, pues lo obligaría a aumentar sus faltantes en su esfuerzo por moderar las alzas de los precios finales de los combustibles al consumidor. Paradójicamente, Colombia podría ver aliviada hasta cierto punto sus necesidades de financiamiento externo, en la medida en que los fondos de inversión que se vean forzados a dejar de invertir en Rusia reasignen sus portafolios hacia otras economías emergentes, entre ellas la colombiana. En las secciones que siguen se amplían y complementan los puntos mencionados, los cuales se desarrollarán con mayor profundidad en el cuerpo de Informe. Entorno macroeconómico internacional Según la actualización de Perspectivas de la Economía Mundial presentada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en enero pasado, la economía mundial alcanzó en 2021 un crecimiento del 5,9 %, mostrando una notable capacidad de recuperación frente a la contracción ocurrida en 2020. Varios factores contribuyeron a este resultado, tales como el relajamiento de las restricciones a la movilidad, el avance en los programas de vacunación, la mejor adaptación a las condiciones de la pandemia, la continuación de los estímulos fiscales en varias economías y la amplia liquidez internacional. Tanto las economías avanzadas como las emergentes lograron reactivaciones importantes, superando en muchos casos sus niveles de producto anteriores a la pandemia. Dentro de las primeras sobresalen la fuerte recuperación de los Estados Unidos (5,6 %), la zona del euro (5,2 %) y el Reino Unido (7,2 %). En las economías emergentes la recuperación estuvo liderada por China (8,1 %) e India (9,0 %). América Latina y el Caribe logró un crecimiento del 6,8 % en 2021, donde se destacan el dinamismo de Chile (11,9 %) y Colombia (10,6 %). Por su parte, grandes economías como Brasil (5,0 %), y en especial México (5,0 %), presentaron un menor ritmo de recuperación. La recuperación de la economía global se ha venido dando en el contexto de disrupciones en las cadenas globales de suministro, faltantes de oferta y altos costos en el transporte de mercancías, debido a las restricciones a la movilidad y otras medidas sanitarias para contener el avance del virus. A esto se sumó el incremento en la demanda de servicios de transporte de bienes en medio de la reactivación de la actividad económica mundial. Todo lo anterior se reflejó en significativas presiones al alza en los precios de los insumos para la producción de alimentos y en los precios de productos básicos como el acero, el aluminio, el cobre y el níquel, entre otros. También, aumentaron las cotizaciones internacionales de petróleo, carbón y gas natural. Todo lo anterior generó importantes presiones inflacionarias en economías avanzadas y emergentes, las cuales han venido adquiriendo un carácter persistente. Se destacan los casos de los Estados Unidos, el Reino Unido, la zona del euro y Canadá, cuyas tasas de inflación en 2021 desbordaron ampliamente el 2,0 % (meta de sus respectivos bancos centrales). En el caso de las principales economías emergentes, las mayores inflaciones se dieron en Argentina, Turquía, Brasil y México. Otros países grandes de la región, como Chile, Perú y Colombia, también registraron inflaciones altas, por encima de sus metas. Ante los resultados de la inflación en 2021 y la persistencia de las presiones inflacionarias, los bancos centrales de las principales economías desarrolladas iniciaron la normalización de sus políticas monetarias, comenzando por moderar la compra de activos para reducir el ritmo de expansión de sus hojas de balance. La Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) inició los incrementos de su tasa de interés de política a partir de marzo, adelantándose a lo que había anunciado en meses anteriores, y se espera que prosiga con aumentos adicionales a lo largo de 2022. El Banco de Inglaterra subió su tasa de interés de política en diciembre de 2021 y en febrero de 2022, y en esta última reunión dio inicio al proceso de reducción de la hoja de balance. Por su parte, el Banco central de Nueva Zelanda incrementó su tasa a partir de agosto y el Banco Central de Canadá lo hizo en su reunión de marzo. Para Inglaterra y Canadá las expectativas del mercado señalan incrementos adicionales en lo que resta del año. El Banco Central Europeo (BCE) ha mantenido su tasa de interés de política sin cambios, pero aceleró el proceso de reducción de compras de activos. Con respecto a las economías emergentes, entre enero de 2021 y febrero de 2022 Chile aumentó su tasa de interés en 500 pb, Perú en 325 pb, Brasil en 875 pb y México en 175 pb, a pesar de los rezagos observados en el ritmo de recuperación de la actividad económica en ese país. Si bien las condiciones económicas de cada país son diferentes, se espera que para lo que resta de 2022 la mayoría de los países emergentes continúen con incrementos en sus tasas de interés de política monetaria. En el documento citado, el FMI pronostica para 2022 un crecimiento de la economía mundial del 4,4 %, que comprende una expansión del 3,9 % para las economías avanzadas y del 4,8 % para las emergentes y en desarrollo, donde se destaca una desaceleración importante del crecimiento de China desde el 8,1 % en 2021 hasta el 4,8 % en 2022. Para América Latina y el Caribe se pronostica un crecimiento del 2,4 % para 2022, considerablemente inferior al 6,8 % registrado en 2021. Sobresale en la región la proyección de crecimiento para Colombia, del 4,5 % en 2022, seguida de lejos por Argentina (3,0 %); México (2,8 %); Perú (2,8 %); Chile (1,9 %) y Brasil (0,3 %). Estas proyecciones no incluyen los posibles efectos económicos de la invasión a Ucrania y de las sanciones a Rusia, por tratarse de eventos aún en desarrollo. Actividad económica En 2021 la economía colombiana alcanzó un crecimiento del 10,6 %, que superó los pronósticos del equipo técnico y del consenso de los analistas del mercado, y la ubicó dentro de los países más dinámicos de la región. Diversos factores contribuyeron a la reactivación, tales como el avance en el Plan Nacional de Vacunación, la finalización de los confinamientos y el relajamiento de las restricciones a la movilidad. La postura expansiva de la política monetaria fue otro factor importante para la recuperación económica, al favorecer una mayor disponibilidad de crédito a menores tasas de interés, lo que ayudó al fortalecimiento de la demanda interna liderada por el consumo de los hogares. El buen desempeño de la economía mundial y de los socios comerciales del país, al igual que las condiciones financieras externas relativamente holgadas, complementaron las condiciones propicias para la reactivación. No obstante, la difícil situación de orden público y los bloqueos de vías afectaron la actividad productiva en el segundo trimestre del año, con efectos que en algunos sectores, como el avícola, han sido persistentes por el daño causado en los procesos de reproducción de los pollos. A pesar de estas dificultades, el balance neto fue el de una economía en expansión, cuyo PIB de 2021 superó en 2,8 % al de 2019, como si el país hubiera continuado creciendo a los ritmos que se observaban antes de la pandemia. Desde el punto de vista de la oferta, las ramas de producción que más contribuyeron al crecimiento en 2021 fueron el comercio, transporte y alojamiento; la industria manufacturera; la administración pública y defensa, educación y salud; las actividades artísticas, de entretenimiento y recreación; y las actividades profesionales, científicas y técnicas. En contraste, el sector agropecuario, la minería y la construcción, que son actividades que tradicionalmente hacen un aporte importante al crecimiento, continuaron rezagadas en su desempeño frente a los sectores más dinámicos. Desde la óptica

    COVID-19: riesgo, pandemia y crisis de gobernanza global

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    En algún momento de noviembre de 2019 el coronavirus causante del Síndrome Respiratorio Agudo Severo 2 (SARS-CoV-2) o COVID-19 migraba de un animal a un ser humano, o, de haberse producido antes esa migración, sufría una mutación que daba origen a la enfermedad, y permitía, desde ese momento, su transmisión entre humanos. A mediados de diciembre de ese año los hospitales de Wuhan, en China empezaban a encontrarse con casos atípicos de neumonía con consecuencias letales, causadas ya por este coronavirus, y el 31 de diciembre el gobierno chino notificó oficialmente a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la aparición de un nuevo virus causante de SARS. Cuatro meses después, cuando se escribe este análisis, ese brote había dejado atrás el foco inicial en China, se había extendido con rapidez hacia Europa y, después al continente americano y África. El 11 de marzo de 2020 la OMS declaró oficialmente a la COVID-19 como “pandemia global”, y a finales de abril ya se había extendido a 190 países. Entre marzo y abril, la mitad de la población mundial ya se encontraba sujeta a medidas de confinamiento que, en el plano económico, han supuesto un desplome de la producción, el empleo y los intercambios comerciales sin precedentes, que puede empujar a la pobreza a 500 millones de personas más. Tanto las previsiones de los principales organismos internacionales como los primeros datos que empiezan a aparecer apuntan a caídas del producto aún mayores que las que se registraron al inicio de la “Gran Depresión” de los años treinta del siglo XX

    Modelo prolab: Papiblood, una propuesta de papilla para prevenir la anemia en niños de 6 a 36 meses

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    En el Perú, la anemia y la mala alimentación o malnutrición; son los principales causantes de los problemas cognitivos y otras afecciones crónicas de la salud que comienzan en la infancia. Estos problemas son aún brechas que se deben reducir y/o erradicar de la sociedad peruana, ya que imposibilita la producción operativa e intelectual de los futuros ciudadanos. Es por ello, que, la Organización Mundial de la Salud, definen en sus estudios que la anemia es una afección en la que, el número de glóbulos rojos o la concentración de hemoglobina dentro de ellos; es menor de lo normal y que durante los primeros años de vida, los niños están más propensos a contraer esta enfermedad. Así mismo, de acuerdo con el Ministerio de Salud señala que la anemia, en los infantes de 6 a 36 meses, es adquirida principalmente por deficiencia de hierro (anemia ferropénica). Ante este problema identificado, se plantea como solución la elaboración de papillas de fruta a base de sangrecita de pollo, que será un suplemento alimenticio para niños entre 6 a 36 meses. Este modelo de negocio es altamente sostenible ya que se encuentra alineado al objetivo 2: “Hambre Cero” de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En lo relacionado con el resultado económico, se espera tener un valor actual neto (VAN) aproximado de S/ 1,169,074.90 Soles durante un período de cinco años.In Peru, one of the main causes of cognitive problems and other chronic health conditions is caused by anemia, poor diet or malnutrition that begins in childhood, this problem is still a gap that we must reduce and / or eradicate from our society since it makes impossible the operational and intellectual production of future citizens. That is why, in studies of the World Health Organization, they define that anemia is a condition in which the number of red blood cells or the concentration of hemoglobin within them is lower than normal and that during the first year of life and childhood, are the stages where they are more likely to contract this disease. Likewise, according to the Ministry of Health, in infants from 6 to 36 months of age, anemia is primarily acquired by iron deficiency (iron deficiency anemia). Faced with this identified problem, the solution is the elaboration of fruit porridge based on chicken blood, which will be a food supplement for children between 6 and 36 months. This business model is highly sustainable as it is aligned with goal 2: "Zero Hunger" of the Sustainable Development Goals. In relation to the economic result, it is expected to have an approximate net present value (NPV) of S /. 1,169,074.90 for a period of five years

    Políticas de cobranza en periodo Covid-19 y su efecto en la rentabilidad del Grupo La República Publicaciones S.A. Chiclayo. 2021-2022

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    El presente trabajo tiene como objetivo el estudio y señalar si las políticas de cobranza llevadas a cabo en tiempos de COVID -19 por el Grupo La República Publicaciones S.A Chiclayo han sido eficientes en la rentabilidad en los períodos 2021-2022. Según el diseño de la investigación fue de tipo aplicada y descriptivo, con una estrategia mixta, de tipo ex - post facto, propositivo, con diseño no experimental. La población se conformó por 50 colaboradores administrativo, se utilizó el método histórico y como instrumento se utilizaron las entrevistas y una guía de observación. Los resultados muestran que la empresa si cuenta con políticas de crédito, pero que estas eran laxas o que se basaban en el cliente “amigo” o conocido y que se le hacia la venta para no perderla, pero, cuando comenzaron las deficiencias en la recuperación, las políticas se hicieron más restrictivas para revertir la situación, que se logró. En relación a la rentabilidad del activo y la antigüedad de las cuentas de 61 a 90 días presentan una correlación inversa, a medida que el porcentaje de estas cuentas van disminuyendo, con un ratio que mide la capacidad de generar ganancias de los activos de la empresa ha ido creciendo, esto quiere decir que las políticas de la empresa se están cumpliendo y los créditos que se efectúan se recuperan, recomendándose que en lo posible las cobranzas en materia de publicidad no tengan más allá de 1% en atrasos y que las cobranzas en materia de diarios no tengan más allá de 0.5% en atrasos

    Reporte de Mercados Financieros - Tercer trimestre de 2022

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    El Banco de la Republica genera información para la toma de decisiones, la rendición de cuentas y la difusión al público. En particular, el Reporte de Mercados Financieros está enmarcado dentro del principio de difusión al público y contribuye a cumplir con el servicio que presta el Banco de ofrecer información e investigación económica de calidad. En línea con lo anterior, este reporte busca proveer al público un análisis general del comportamiento y las tendencias de los mercados financieros nacionales e internacionales. Adicionalmente, el reporte señala los principales factores que permiten explicar el comportamiento de dichos mercados así como sus interacciones. El reporte también presenta una descripción de los principales cambios en política monetaria y decisiones de los bancos centrales a nivel mundial. Durante el tercer trimestre de 2022 (3T22), continuaron las mayores presiones inflacionarias, lo que incidió en las expectativas de un mayor ritmo de contracción monetaria junto a los temores de una posible recesión económica a nivel global. Además, el conflicto entre Rusia y Ucrania, así como las tensiones entre EE.UU y China, las medidas adoptadas por las autoridades de este último país para contener la pandemia y diversos eventos idiosincráticos presionaron a los mercados financieros. Así, durante el periodo se observó un aumento de las tasas de interés, menores precios en el mercado de commodities y de renta variable y un fortalecimiento del dólar a nivel global soportado por el endurecimiento de las condiciones monetarias globales y las expectativas de mayores ajustes de tasas de política monetaria por la FED. Las monedas de una muestra de países emergentes se debilitaron ante el descenso de los precios de commodities y factores idiosincráticos. En Colombia, lo datos de actividad económica continuaron evidenciando un buen dinamismo y llevaron a mejoras en las perspectivas de crecimiento económico para este año. No obstante, se observó un deterioro en los índices de confianza del consumidor y empresarial. El desempeño de los activos financieros locales estuvo influenciado por el entorno global y las políticas económicas que adelante el nuevo gobierno. El peso colombiano presento la mayor depreciación en comparación con sus pares de la región durante el 3T22, influenciado por el contexto internacional, la caída de los precios del petróleo y factores locales. La TRM registro un máximo histórico. El mercado de deuda pública presentó una desvalorización en línea con lo observado en los títulos de la mayoría de los países de la región y con el comportamiento de los Tesoros en EE.UU. Las desvalorizaciones pudieron estar contenidas por los flujos de demanda por parte de inversionistas extranjeros durante este periodo. Durante el trimestre, la Junta Directiva del Banco de la República (JDBR) aumento su tasa de interés en 250 puntos básicos (de 7,50% a 10,00%) ante el aumento de las presiones inflacionarias. En esta edición, el documento se divide en ocho secciones, siendo esta introducción la primera. La sección dos presenta un resumen ejecutivo del documento. En la sección tres se presenta una descripción de los hechos más importantes en el entorno económico internacional. Posteriormente, en la sección cuatro se presenta el comportamiento de los principales indicadores de percepción del riesgo a nivel local. En la sección cinco se describe el mercado cambiario a nivel global y local. En la sección seis se presenta un análisis del mercado monetario y de renta fija. Adicionalmente, en la sección siete se describe el comportamiento del mercado primario de deuda privada local y finalmente, en la sección ocho se analiza el comportamiento de los mercados accionarios. En esta edición se incluyen tres recuadros: 1. Mercado de derivados peso-dólar en Colombia 2. Estimación de la prima a término de las tasas OIS 3. Análisis del beta de la tasa de cambi
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